Hoy es de aquellos dias en los que las cosas no resultan, en que mando un mail con un adjunto re importante y para mi desgracia este no me guardó los cambios y salió equivocado, o que cuando llegué por la mañana al paradero se me pasaron dos micros y de ahí a esperar 20 minutos para que pasara la otra, o que al negociar el cierre de una compraventa me tocó una abogada hija del comprador que no entiende nada y que lo único que ha hecho ha sido joder y joder, hasta el cansancio, sin darme tregua, sin ubicarse, sin ayudar.
Son aquellos malos dias que recién empiezan, que hasta ahora no deparan nada bueno, que me agotan al pensar que más problemas ocurrirán y que el descanso del fin de semana no sirvió de nada.
Por la cresta, dan ganas de salir corriendo, de desentenderse, de encerrarse en la casa, apagar y descolgar teléfonos, hacerse un buen café, aprovisionarse de cigarros y un cenicero y echarse a leer, que nadie interrumpa, que el silencio solo sea perturbado por una agradable música.
En fin, mi mujer ya me decía anoche que hoy no debería haber venido a trabajar - maldita la hora en que no le hice caso, al menos me hubiera ganado 2 días de descanso.
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