lunes, 30 de abril de 2007

Las locuras del mundo

Mi hermano vive en Bali, una isla ubicada debajo de la isla de Java, hoy conocida como Indonesia. Viven 12 horas más adelante de nosotros, el clima es subtropical, todos los balineses son de piel morena y dientes muy blancos, se les llama y trata por su lugar en la familia y no por su nombre de pila.
Mi hermano Juan se fue a Bali contratado para montar un pequeño reinado de venta de licores y cervezas y vinos y todo lo que se pueda asociar al arte del beber, y a su haber existen muchos funcionarios balineses, linda gente que de inglés saben menos que tarzán pero que con un solo gesto son capaces de entender cómo funciona el cosmos.
Hoy es 1 de mayo, se celebra el día del trabajo, aunque más bien se trata de una celebración por la muerte de un grupo de trabajadores en la ciudad de Chicago (nota: quizás por eso en Chile nos guste celebrar las derrotas en vez de los triunfos, e.g., el 21 de mayo, la batalla de la concepción, el 11 de septiembre).
Mi hermano Juan vive en un mundo que incluso ha olvidado esta sacrosanta celebración de occidente, y chateando con él me lo he encontrado en su oficina, bebiendo té y matando el hambre con trabajo, sí, con trabajo, no le han dado descanso.
Mi hermano no es balinés, mi hermano es occidental, su empresa es de un occidental, venden productos occidentales, usan autos del gusto de los occidentales, compra en supermercados para occidentales o ex-pat (ex patriados), su señora es occidental, su hija es occidental, ergo, todo lo de él es occidental, pero vive en un país de locos, mezcla de musulmán y muchas otras cosas, una locura en este mundo civilizado.
No obstante que en su actual país de residencia no se celebre esta fecha, tiene el gran beneficio y placer de celebrar 40 días al año de fiestas religiosas (lean su columna al respecto en www.warungbali.blogspot.com) y al momento de firmar su contrato debió optar por una religión. En fin, en un día tan importante como este, el que ha sido capaz incluso de derrotar el capitalismo asérrimo impuesto en nuestro Chile querido desde el año 1973, en Bali no existe, y quizás eso demuestre cuán loco es este mundo, cuando larga y redonda es la vuelta que debemos dar para poder tener una breve idea de lo que se teje por doquier, quizás sea esta la lección, la mejor lección de este 1 de Mayo, un merecido tributo al trabajo y al esfuerzo, al sacrificio y la lealtad, a la dedicación y la abdicación por un fin superior, al hombre y su entorno.

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