¿Por qué chocamos los vasos o copas?

Según me he informado, existen diversas teorías o mitos que explicarían las razones por las cuales hasta el día de hoy chocamos los vasos o copas para brindar:
1. LA TEORIA MAQUIAVELICA:
Según reza el saber popular, en el medioevo se usaba chocar los tachos con suma fuerza para permitir el tránsito de los líquidos de un tacho al otro. Mediante lo anterior los bebedores podían asegurarse que el contenido de sus copas no se encontrara envenenado y así evitaran una muerte segura, o al menos, la compartieran con su compañero de bebida.
2. LA TEORIA SENSITIVA:
Otros afirman que la única finalidad al hacer chocar las copas dice relación con hacer partícipe de la actividad al único de los sentidos que no tendría participación directa en el acto de beber, a saber, el oído. De esta manera, el sabor, el tacto, el olfato, la vista y el oído gozarían todos al unísono del place del beber.
3. LA TEORIA ARRIVISTA:
Una última teoría dice relación con que en alguna época tener copas de cristal era símbolo inequívoco de clase y riqueza. Por lo anterior, es que las gentes al ser invitadas a beber y chocar sus copas podían adecuada y rápidamente distinguir con el solo tintinear de las copas si estas eran de cristal o de vidrio, y de esa forma desenmascarar a aquellos que querían parecer ricos y con clase de los pura y simplemente arrivistas.

Dejo al lector la opción que más le guste, por mi parte ninguna de las teorías me termina por convencer. Por ello el desafío es a crear una teoría nueva como ser:

4. TEORÍA DE LA GARANTÍA
Al tratarse el cristal de un elemento valioso y escaso, los pocos fabricantes de artículos de este material garantizaban que sus creaciones y productos eran de la mejor naturaleza y durabilidad. En consecuencia, junto con vender y entregar sus productos, garantizaban a sus compradores a mantener en permanente estado de revisión sus productos, y para ello los invitaban a que siempre chocaran sus copas. De esa manera, y como estaban seguros de la perfección de sus productos, garntizaban a sus compradores la durabilidad y fortaleza de los mismos y que en caso de desperfecto responderían por el reemplazo de los mismos. De esa manera, los productores se verían beneficiados por un aumento de sus ingresos por conceptos de ventas, mayor credibilidad en el mercado y singular respeto entre sus pares.