Don James Bond, cada vez que se acerca a una bar e interpela al bartender, le solicita un martini seco, haciendo la precisión que sea shaken, pero no stirred.
Ese mínimo gesto denota el obrar de los ingleses, nada de cosas a medio mezclar, todo arriba de la parrila, bien mezclado, que el trago agarre el sabor de la mezcla y deliete a los sentidos en su máxima expresión.
Pero cuidado, no es que los ingleses sean de aquellos que andan por la vida mezclando todo: son gente reservada, de gratas palabras y afectos cuidados, no dicen no si no "me temo que no", no dicen "mierda, la cagastes" sino que dicen "Oh Dear". En fin, son gentes que cuidan su lengua, su forma de ser, su actitud, sus buenas y malas maneras, y cuando quieren ser brutos, son los primeros de la lista.
Por eso los ingleses son shaken, no stirred, no les vienen con cosas, gozan la vida con intensidad y aprovechan y estrujan cada minuto.
Salud James, gracias a ti el mundo ha conocido la esencia de los ingleses.
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